miércoles, 23 de mayo de 2018

1603 (X 23/5/18) Qu’es er furbo, estúpido!

Y como colofón de las crónicas deportivas con las que hemos querido complacer al personal aficionado, valga esta apología del deporte reina (?), el balompié, más conocido como fútbol.
    Panem et circenses. Con panes y circos se aplaca a la masa vociferante que tanto se emociona con el tema religioso como con el nacionalista o con el futbolero. El caso es levitar, viva la mística!
    Me fui de Sevilla y el Betis no alcanza para clasificarse en las competiciones europeas. Me vine a Aragón y sube a primera el Huesca. Y es que soy un talismán.
   Qué tiene el fútbol para que arrastre tánta gente? Sospecho que la dificultad y consiguiente escasez de goles. Son tan pocos los goles que se meten por partido que cuando consiguen uno el público se vuelve loco de entusiasmo. No sé si es la mística de esta nueva religión la que les lleva al paroxismo cuando se meten goles o si es el paroxismo la causa de esa mística.
     En cuanto al papel del fútbol en la construcción de Europa… La magnífica idea de las becas Erasmus ha permitido a las nuevas generaciones meterse Europa entera en el bolsillo. Se viaja con frecuencia de Oslo a Cádiz o de Creta a Dublín con más facilidad que nuestros padres lo hacían de Guadalajara a Cuenca. Hoy se citan bandas de jóvenes para un finde en Malta como antes lo hacíamos en la disco de la esquina. Pero la copa de fútbol europea que inventó el Madrid y la ganó los cinco primeros años ha ayudado también, y más de los que pueda imaginarse, a la configuración de la Europa actual tanto como las ideas e iniciativas de Adenauer, de Gasperi, Monnet, Schuman, Spaak…, junto a los cuales, en las escuelas, debería citarse a Santiago Bernabéu.
     El fútbol como instrumento de cohesión. Y de distorsión…. frente a los equipos rivales. El primer valor paneuropeo que yo recuerde nació no por afición a los clásicos griegos sino por pertenencia o simpatía al Madrid de Di Stéfano, Puskas y Gento.
    Ningún espectáculo concita a las masas de jóvenes y de cualquier edad como lo hace el balompié. Y ningún fenómeno cultural trafica con  los miles de millones que se mueven en el fútbol. Dicho lo cual me quiero pronunciar sobre los sueldos astronómicos que cobran algunos jugadores. (Y lo hago, como se puede ver en la entrada 1334 del 11/12/16.) "Mi negativa, pues, a financiar con fondos públicos el fútbol profesional de elite se queda ahí. Del atletismo profesional, Olimpiadas y otras actividades deportivas no hablo porque no me queda espacio y porque no lo tengo claro. Y en cuanto a la aberración de pagar fortunas por una entrada de fútbol,  la libertad de uso del dinero propio, como la de pensamiento o la de expresión, incluye el error, la estupidez y la aberración.Y ya está bien por hoy. Alguna pregunta? Pues me marcho que empieza ya en la tele el partido Madrid-Barcelona". Y me necesitan los dos.

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