Aprovechando
que el Pisuerga pasa por Valladolid, expongo siete apuntes míticos sobre el
tema feminista:
1. Gea es la Madre-tierra y de
su vientre renace la semilla que se reproduce cada primavera. El ser humano
decidió enterrar a sus muertos bajo tierra, en el vientre de su madre, y a
veces en postura fetal, para que, por
asociación con el mundo vegetal, se reprodujera renaciendo como las semillas.
Vegetales son los motivos que decoran las paredes de las tumbas en las
pirámides egipcias o en las salas hipóstilas del Mediterráneo, como las de
Creta o las de Malta.
2. La diosa del Mediterráneo habitaba en el Tártaro (tar-tar, al oeste del oeste), allí donde
muere la luz y nace el mundo subterráneo de la noche. Su ubicación a la
izquierda, orientados al Norte, ha contaminado el término siniestro que sigue cargado de un significado negativo, en
contraposición al orto de la luz por la derecha, lo que convierte la derecha en
lo correcto (right, nos regula el
Derecho) y sublima los derechos.
3. El calendario lunar que utilizaban las nativas del Mediterráneo necesitaba de 12 fases lunares más parte
de la 13ª, lo que convirtió el número 13 en maléfico cuando se impuso el
calendario solar patriarcal
indoeuropeo. Y aún sigue siendo cenizo.
4. La imagen de la luna y la serpiente a los pies de la Virgen no es un
antecedente feminista, sino todo lo contrario: el calendario lunar y la serpiente de la medicina han quedado
sojuzgados bajo el dominio del nuevo orden solar patriarcal, y así lo proclama la
diosa de la nueva religión monoteísta y misógina.
Antesdeayer en la entrada 1533 “Supersticiones”,
martes 13 del presente mes y año, escribíamos: El calendario prehistórico que
utilizábamos en tiempos de la diosa lo configurábamos por la observación de las
constelaciones nocturnas que tardan 24 años (el año platónico, a 2.000 años por
cada uno de los 12 signos del zodíaco) en recuperar la posición original. De
aquí que los dos gemelos (Geminis) “rigieran” nuestros destinos en el bienio
6000/4000, la vaca (Taurus) lo sustituyera del 4000 al 2000, el cordero (Aries,
ya cristiano en su fase final) del 2000 al 000 y Piscis (en su fase inicial) del
000 hasta nuestros días. El nuevo calendario solar se impuso alrededor del 1200
adne. cuando aún nos gobernaba la vaca, y así Tebas se fundó donde sentó la
vaca, la vaca Io de Argos llegó a Egipto haciendo escala en el Cáucaso, la
Vaca Europa (la de cara ancha, “la luna llena”) inmigró en Creta donde
gobernaba la vaca Pasífae (“la que ilumina a todos”) que copulaba anualmente
con el Minotauro, las figuras egipcias caminan coronadas por la luna/astas de
la vaca, etc. Y todo esto era el calendario femenino, pura astronomía, nada que ver con la astrología.
5. La medicina mantiene el icono de la serpiente en el logotipo de las
farmacias. Porque la farmacopea y con ella la medicina moderna comenzó con el
antídoto del veneno mediante dosis homeopáticas del veneno de la misma serpiente.
Si la medicina mediante el uso de plantas medicinales era aplicada por mujeres,
es sólo natural que la transición a la nueva medicina estuviera a cargo de
ellas.
6. Los templos no son sino una evolución patriarcal de las tumbas femeninas.
Las tumbas que simulaban la vagina (la de Agamenón, Hatshepsut...) mostraban la creencia de la supervivencia de
la especie mediante la regeneración del cadáver en el vientre de la madre(-tierra). Las
capillas de los templos remedan los antiguos nichos y el incienso es un resto
de los antiguos perfumes que usarían nuestros ancestros para aliviarse de los olores
fétidos de los cadáveres. Si la tumba necesitaba de la oscuridad subterránea
del vientre de la Madre-tierra, los templos ahora buscaban la luz celestial
patriarcal, como lo hace su máxima expresión, el gótico, que no es sino una
búsqueda ansiosa de la luz exterior.
7. Dos cromosomas XX en las mujeres y otros dos XY determinan el
sexo en el varón, pero el varón es
“femenino” XX en su comienzo ya que la Y masculina es posterior y deriva desde
la X femenina en nuestra especie. ¿Eva de la costilla de Adán? No!, todo lo
contrario, Eva fue antes: Adán "Y" evoluciona desde la Eva "X" en nuestro código
genético.
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