domingo, 24 de septiembre de 2017

1408 (D 24/9/17) Quién fue nuestro papá?

Por enésima vez veo publicado un texto sobre los neanderthales y por enésima vez tengo que comentarlo porque me ponen de los nervios. (Sobre la falta de rigor de los textos periodísticos en materias científicas vide la entrada 1275 del 4/10/16). Ahora leo “Así crecía el cerebro de un niño neanderthal” donde se dice, entre otras lindezas: “”estoy convencido de que ellos, como yo, podían comunicarse, y si podían comunicarse debían de tener conciencia de la inmensidad del universo, del paso del tiempo y de la fragilidad de la existencia humana…”. Aparte de que se comunican hasta los insectos (y quizás hasta las plantas, aunque sólo sea en sentido figurado), y no por ello utilizan el sonido articulado del lenguaje, y de que es una barbaridad deducir de eso la consciencia de la propia existencia, resulta evidente la falaz tendenciosidad a meternos en el mismo linaje que el Homo de Atapuerca, que es a donde se dirigen estos textos con una insistencia digna de mejor causa.
     Las ciencias naturales, tales como los Sociología, la Antropología, la Psicología…, no son exactas como la Física o las Matemáticas. Por eso las tesis de las primeras son sólo “hipótesis” consensuadas que llegan a aceptarse por el mundo científico tras un duro proceso de contrastes, acuerdos entre académicos y falsaciones popperianas, pudiendo derivar en nuevas hipótesis cuando se consolidan como paradigmas. Pero cuando una hipótesis “contrastada” es contestada por una nueva hipótesis que la contradice, tiene que atarse bien los machos con pruebas contundentes que tienen que sufrir la ordalía de ser analizada con lupa por todo el sector. (Y aun así, el paradigma de la evolución darwiniana sigue sufriendo el rechazo cerril de muchas Universidades en EE.UU.)
      Pues bien, vengo sufriendo periódicamente la hipótesis absurda de que el Homo Antecessor de Atapuerca fue nuestro papá, o sea, que es un antecesor nuestro (ya le han puesto ese nombre) cuando la realidad no puede ser más ajena: esos ejemplares eran de una especie distinta de la nuestra, tanto como lo es un conejo o un vegetal, aunque ambos pertenezcamos al género homínido. Pretender hacernos parte de su linaje sólo puede obedecer a dos causas: o no tienen ni idea de lo que hablan, o hablan de mala fe. Yo entiendo que hacerlos cercanos a nosotros vende y puede ampliar la audiencia y los fondos para subvencionar las excavaciones, pero el fin nunca justifica los medios y mentir como hacen estos de Atapuerca es de muy mal gusto en el mundo científico.
      Con estos fines espurios lo dibujan con rasgos de nuestros abuelos, o incluso le hacen hablar con sonido articulado. Como antropólogos que son deberían saber que eso no se puede probar ya que el área de Brocca, donde reside el centro del lenguaje, no es fosilizable y no puede por tanto deducirse de los restos encontrados. Pero lo que no quieren ver es que unos fósiles del año 800.000 (o más, según datan al Homo Antecessor de Atapuerca), que provienen del lejano Homo Erectus asiático, no pueden emparentarse con nuestra especie que surgió en Africa hace 150.000 años como mucho y de allí vino a Europa no antes del 50.000.
     Pero nada, tú, estos mindundis persisten de vez en cuando, erre que erre, en sus errores que cada vez creo más que son mal intencionados.

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