martes, 4 de noviembre de 2014

944 (M 4/11/14) Ucrania

Somos hijos de los griegos. Por parte de madre. Pero Grecia es el fruto de las unión de los pelasgos mediterráneos con los indoeuropeos que bajaron del Cáucaso (Ucrania), los cuales aportaron la cultura patriarcal, el hierro, el calendario solar… Así que es incompleto hacernos descender solamente de los griegos. En el apartado de “raza” de nuestros carnés de identidad punteamos el recuadro “caucasiano”. Ucrania, por tanto, puede y debe reivindicar su relevante papel en nuestros orígenes junto a los helenos. Una Europa sin Ucrania sería una Europa mal nacida, al renegar de sus ancestros.
         Urge, pues, integrarla en la UE. Mediante las medidas que se consideren oportunas entre las cuales destacamos tres: Una, ayuda económica generosa, lo que nos daría pie para proteger su desarrollo (dos:) contra las prácticas corruptas que parece que abundan en todos los niveles; y tres, instalando bases militares de la OTAN en la frontera con Rusia que desanimen a sus vecinos de nuevas veleidades.

         Dejar a Ucrania bajo la influencia de Rusia no sólo sería una traición a nosotros mismos sino que también daría lugar  a una zona de confrontación que sólo beneficiaría a sus vecinos soviéticos.

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