894 (J 1/5/14) Burrocracia (delincuentes profesionales II)

    Seguimos transcribiendo entradas anteriores, ahora la número 657 (del 17/4/13):

    Nos falta rematar, en lo posible, la entrada de ayer sobre los políticos como delincuentes profesionales. Se trata de un nuevo tipo de delito, un delito abstracto, superdelito, el delito legal, un oxímoron no tipificado (identificado) en el código penal, y por lo tanto impune, no perseguible.

     Hasta ahora delincuentes eran (y lo siguen siendo) los que infringen la ley con actos tipificados en el código penal. Lo que el legislador nunca contempló, ni lo puede contemplar, es el “delito” de promulgar leyes que amparen y hagan legales actos que hasta ahora eran delitos, y que a partir de las nuevas leyes dejen de serlo. Es la impunidad de los propios legisladores que se blindan incluso ante la ley.  Ejemplos, caben muchos. Uno: se permite a la policía identificar, multar y aporrear (incluso dejar tuertos) a quienes ejerzan su derecho a protestar y a manifestarse, y de este modo se deja al ciudadano sin derechos, más aún, convirtiendo nuestros derechos en delitos. O la ley Hipotecaria, que pudiendo corregirse su inconstitucionalidad, se simula su modificación para dejarla exactamente igual. O las leyes ad hoc: la nueva Ley de Costas, la de Transparencia para blindar la opacidad, la del Registro para ayudarles a meter las narices en nuestra privacidad. No, si de lo que éstos no sean capaces…

           La pandemia política ha contaminado todos los sectores, económicos, sociales e institucionales. Lo de la madre, que repetimos de nuevo, que siendo lo más sagrado la haces política y se convierte en suegra. Irrumpieron en los Consejos de las Cajas de Ahorro para ejercer como banqueros y arruinaron al sector poniendo en peligro a toda la sociedad y a la economía. Apelando a la democracia, irrumpieron, colonizaron, estropearon, contaminaron y corrompieron todo el entramado institucional. Y nunca podrán solucionar nada porque sólo ven su mundo en rededor, o el pasado, o a todos los demás como culpables de los fallos y problemas y no a sí mismos como el problema que son.