viernes, 18 de enero de 2013

568 reflexiones y otros disparates del día (18/1/13)

1. La falacia de los recortes de gastos
Fijaos bien: las medidas de recortes no están siendo decididas ni dictadas por las instituciones que los sufren, y que son las responsables de que su actividad se ejecute con agilidad y eficiencia, sino que les vienen dadas por las autoridades económicas de Madrid (que a su vez reciben las órdenes de Bruselas, Frankfurt y Berlín, y quizás hasta de la City y Wall Street). Qué quiere decir esto? Que el recorte de gastos es al mismo tiempo un medio y un fin, algo que se decide por sí mismo y en absoluto para racionalizar los servicios públicos, tal como pretenden y proclaman a grito pelado. Si no fuera así, serían las instituciones responsables afectadas las que deberían reorganizarse para llegar, a posteriori, a la cifra resultante de reducción de gastos, cualesquiera que fueran, si es que procediera. La orden es de reducir el gasto, por un importe determinado, cómo? por dónde? Como usted quiera, por donde usted quiera, pero me reduce el gasto por la cantidad X.Y punto, Es una orden. Y es una falacia, tan burda como irracional, pretender que una reducción de gastos, de plazas y becas en la enseñanza, es un poner, tenga nada que ver con la reordenación educativa necesaria (sobre-educación, distribución de centros y titulaciones, abandono escolar, etc.), tal como lo expresa Ana Isabel Elduque, decana de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza. Actuar de otra manera es orientar la educación en función de la prima de riesgo.
2. Tres películas recomendadas
Amor, La Vida de Pi, y Blancanieves.
        Amor ha ganado premio en Cannes, francesa tenía que ser (aunque el director sea austríaco), está hecha con rigor, y todo eso. Pero a mí las dos horas que dura se me hicieron largas, pesadas, o sea francesa. Encima es deprimente, claustrofóbica, y mantiene las unidades de lugar, tiempo y acción como el teatro, un teatro grabado como cine, lo que me deja cara de fiasco. Lo siento.
        Pues anda que La Vida de Pi. Que si un viaje espiritual, que si es una parábola de los miedos interiores que sólo podemos vencerlos enfrentándonos a ellos, que si el taoísmo por aquí el taoismo por allá. Otro espacio claustrofóbico, en este caso una barca en la que el asustado joven tiene que domar a un tigre. No vamos a descubrir a Ang Lee y su dominio del oficio, su profundidad y su delicadeza, pero estos virtuosismos que prevalecen sobre la historia que narran… El hecho de que un relato me lo cuenten haciendo el pino y escribiendo con los dedos de un pie no me predispone a aceptar lo que me cuenten. Otra película para pasarlo mal.
        Y la tercera Blancanieves. Supera el original. Chapeau por la Verdú. Y otro para Pablo Berger que nos cuenta en blanco y negro la verdadera historia de Blancanieves -cuya verdadera protagonista es la pérfida madrastra- como ni sus propios progenitores, los hermanos Grimm, pudieron imaginar. Y además te desvela el verdadero trabajo de los enanos: que trabajaban en un circo! Yo la he visto dos veces, algo que casi nunca hago. Le deseo los mejores premios y el mayor de los éxitos. Suerte.
3. Aragón se queda vacío
ADIOS al AVE, lo iba a titular. Pero entre la pedantería de enfrentar el “Hola” latino al “Adiós” de la calle, y el propósito de esta entrada que es justo lo contrario, una denostación del moderno ferrocarril, he optado por no ponerlo.
        De 1,5 millón que pueblan esta Comunidad, la mitad habita en Zaragoza. Calatayud, por ejemplo, tiene 20.000 habitantes de un total de 35.000 que habitan en la comarca, con unos 60 pueblos que hospedan una media de 250 personas, cada día más viejos, que ven emigrar a sus hijos a la capital y echan de menos los gritos de los nietos. Julio Llamazares en su La lluvia amarilla hace un retrato aterrador de la agonía de estos pueblos y sus gentes. Y ahora la puntilla: el AVE concentra poblaciones y actividades en las grandes ciudades y deja marginados, incomunicados, más abandonados, si cabe, todavía, a cientos de poblados que ven cerrarse las vías y estaciones de los transportes regionales y, con ellas, las vías de entendimiento, porque ya no estaban en vías de desarrollo y habían perdido el tren. Soplan vientos economicistas y lo que no es rentable en dinero contante y sonante, aunque atesoren valores y tradiciones seculares, ya no se les da valor.
        Espero que al menos los buitres de Calmarza y las grullas de Gallocanta permanezcan donde están.

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