1. Aumenta el salario mínimo
“Parirán los montes”, que dijo Horacio, “y luego nacerá un minúsculo ratón”. Ya nos tienen acostumbrados a unas permanentes inocentadas, para este gobierno cada día es un 28 de diciembre, fun fun fun. Acordáos de cuando alardearon de que subirían las pensiones y luego resulta que las rebajaron, como ha venido ocurriendo con todas sus promesas. Si el paro, al paso que va, llegara al 100% de desempleados, lo anunciarían así: “el PP cumple una vez más sus promesas y consigue frenar el crecimiento del paro”. Y ahora, pasmáos, por fin van a cumplir algo de lo que dicen! el salario mínimo aumenta! un 0,6%! algo es algo, menos da una piedra, etc. De 641,4 € a 645,3. No lo suben más para atraer las inversiones extranjeras, dicen. Si ese es el motivo para no incrementarlo, el día menos pensado lo rebajan todavía más. En Francia es de 1.430,22. Está claro que las medidas del Ministerio de Empleo atentan claramente a las rentas más bajas.
2. El abismo fiscal americano amenaza al planeta
La mayoría republicana en la Cámara de Representantes de USA torpedeará hasta el paroxismo cualquier medida el Presidente Obama para incentivar el crecimiento económico y reducir la tasa de paro y saboteará su promesa de crear un impuesto progresivo a las rentas superiores al millón de dólares. El desfase de 600.000 millones USA$, cerca del 5% del PIB, obligará a subir los impuestos a la clase media, si no quiere despeñarse por el abismo fiscal (precipicio fiscal lo llaman otros): el paro aumentaría del 7 al 8%, oh cielos! y el crecimiento económico del 3,1 se reduciría en el primer semestre al 1,3. Los medios amplifican los efectos de esta calamidad alertando que el abismo fiscal americano amenaza al planeta, en vista por lo visto de que el “desastre maya” se haya quedado en agua de borrajas, dejándoles sin argumentos. La izquierda aconseja a Obama que tire por la calle de en medio, olvidando el déficit, asumiendo más deuda e incentivando la inversión pública como acelerador de la actividad económica. Y eso es lo que hará.
3. El derecho a decidir es positivo
El derecho positivo es el que nace de la ley. Es la ley la que lo crea. Mientras que el derecho natural es anterior a la ley y hace injusta a la ley que no lo reconoce. Así Antígona, ejerciendo su derecho natural a enterrar a su hermano Polinices, lo hace aunque la ley de Tebas lo prohibiera y aunque por ello la ejecutaran, lo que la convierte en heroína. Así los derechos fundamentales reconocidos por la ONU no son creados por la Declaración Universal, que se limita a dejar constancia de su existencia universal, la cual es previa a su reconocimiento. Pues bien, Javier Pérez Royo nos avisa que el derecho a decidir (el autogobierno, por ejemplo) es la base de la democracia pero no por ello deja de ser un derecho positivo, por lo que su ejercicio sólo cabe dentro del marco jurídico que lo regula. En nuestro caso, la Constitución. Las consecuencias no hace falta reseñarlas.
“No está en juego el derecho a decidir. Lo que está en juego es la revisión del marco jurídico del derecho a decidir. Si CIU y Ezquerra no disponen de la mayoría parlamentaria necesaria para la reforma del Estatut, ¿cómo pueden pensar que tienen legitimidad suficiente para ser protagonistas (exclusivos) de la operación que han puesto en marcha?”
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