1. Corrupción y desarrollo
Hay árboles donde llueve? o
llueve donde hay árboles? no debe construirse una autopista si no lo justifica
el tráfico? o el tráfico lo genera la autopista? los políticos corruptos
generan una sociedad corrupta? o es la sociedad corrupta la que hace que los
políticos también lo sean? En realidad ambos términos opuestos se
retroalimentan. Pero el caso es que las sociedades no progresan cuando la
política es corrupta.
En el ranking de países menos corruptos
figuran en cabeza Dinamarca, Finlandia, Nueva Zelanda, Singapur, Suiza… y entre
los 20 primeros están Alemania, Barbados, Reino Unido, EE.UU., Chile y Uruguay.
Los 20 últimos incluyen a Venezuela, Haití, Chad, Burundi, Guinea Ecuatorial,
Zimbabwe, Paraguay, Honduras, Nicaragua, Ecuador, México, Bolivia, Argentina.
Es fácil asociar el progreso económico con la menos corrupción. Y achacar al
mal de la corrupción una gran parte de la causa de nuestro subdesarrollo.
Para salir de esta maldición se
necesita, entre otras cosas como la educación cívica, un Poder Judicial
independiente (realmente independiente) y una reducción de la burocracia, pues
cuanto más inspectores del gobierno hay, más oportunidades hay para la
extorsión y el soborno.
Brasil lo ha entendido bien y quieren
combatir la corrupción. Si consiguen llegar a figurar entre los 20 primeros del
ranking, como premio obtendrán un país desarrollado y respetable.
2. Los secretos son secretos
La Comisión de Gastos Reservados
se reúnen a puerta cerrada para informar del uso que se da a ese dinero. El PP
impide que ERC forme parte de ese grupo porque podría “filtrar” datos
reservados al grupo Amaiur, heredera de la antigua Batasuna. Es el mismo
argumento que el que dan para nombrar innumerables asesores entre parientes,
afiliados al partido y amigos: si no fueran de sus mismas ideas, no podrían
tener confianza en ellos pues podrían filtrar datos a los adversarios
políticos. Análogo es el caso del PSOE que se niega a que BILDU forme parte de
la foto que deje constancia en las hemerotecas de la oposición total de todos
los partidos del Congreso al partido del PP, en este caso para que no los
asocien con ellos, como si lo que les asociara no fuera precisamente su
participación en la democracia. ERC ha tramitado un recurso de amparo ante el
Tribunal Constitucional.
3. Eliminando, que es gerundio
En
su publicación “(Se hizo) el 100% de lo que se pudo” Miguel Angel Aguilar
remeda la pancarta mexicana de Campeche en su versión del PP: “Un año
impulsando reformas”, que fue el lema, o eslogan, con el que encabezaron su
último mitin en el reino de la Cospedal. Así, en gerundio, prietas las filas y
siempre adelante, impasible el ademán. Ante un caso tan claro de
herencia interminable, celebremos todos tener un Gobierno que en vez de ocultar
las dificultades (como hacía el anterior), los elimina. Elimina los problemas
de los servicios públicos, privatizándolos. Y ya puestos, elimina las
prestaciones sociales, la gratuidad de la justicia, la educación para la
ciudadanía, las ambulancias para los enfermos crónicos, las condiciones
favorables de acceso al Registro Civil y tantos otros excesos que tenían anestesiada
a la población. El juego gubernamental se completa con la técnica del
futurible, mediante la cual Rajoy y todo su equipo se preguntan qué desgracias
se habrían apoderado de nosotros de no ser por que ellos están empeñados en
nuestra bienandanza. Rajoy ha optado por la política del desprecio a la
oposición, tan característica del aznarismo rampante, del que sólo
recibe oprobios. Como tiene holgada mayoría parlamentaria, piensa que le está
permitido dedicarse, o que sus subalternos se dediquen, a denigrar a la
oposición con el reproche y la descalificación permanente. He aquí, pues, un
Gobierno con tanta mayoría como soledad, que frente a la calle sublevada no ha
encontrado mejor recurso que el secuestro de la RTVE. Pensábamos que la
derecha sabía de números y manejaría bien la crisis. Pero ni saben de economía
ni tampoco de moverse en el seno de la Unión Europea, pese a que casi todos los
Gobiernos sean de su mismo color. ¿Para cuándo desmontar el fingido oasis
alemán?
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