1. El Constitucional deja al Gobierno
con el culo al aire
En un auto sobre el conflicto
entre el Gobierno central y el vasco, el Tribunal Constitucional, rechazando
que los “sin papeles” se queden sin sanidad, quita la razón al Gobierno central
argumentando que la protección de la
salud pública prima sobre el ahorro económico. Y se la da a la Administración
vasca que se negó a retirar la tarjeta sanitaria a los indocumentados,
desobedeciendo (bravo!) la orden del Ministerio de Sanidad en el verano pasado.
Ha hecho falta que el TC le diga al gobierno que la salud pública prima
sobre el ahorro económico. Lo han leído bien, el TC ha tenido que decirle
al Gobierno que la salud pública prima
sobre el ahorro económico. Porque es que estos acémilas que nos
gobiernan no se habían enterado todavía, y quizás sigan aún sin enterarse, de
que la salud pública prima sobre el ahorro económico. Cómo podríamos
hacerles llegar que la salud pública
prima sobre el ahorro económico?
2. Bansander engulle a Banesto
En los años sesenta o setenta Banesto
ocupaba el primer lugar en el ranking del centenar de bancos españoles y el
banco de Santander era un pequeñajo de menor cuantía. Cuando por aquellos años Banesto
intentó comerse al Banco de Santander y la operación abortó, se contaba que en
el momento de ponerle la firma al documento de “fusión” alguien avisó a Pablo
Garnica (o fue a Aguirre?) que, si lo hacía, no era Banesto quien se comería al
Santander, sino al revés, Bansander se tragaría al Banesto, porque Emilio Botín
se convertiría en el accionista mayoritario de la entidad resultante, toda vez
que don Emilio era propietario de casi el 100 % del Santander mientras que los
Garnica no llegaban al 10% del Banesto (si bien con esto les bastaba para
dominarlo), por lo que Botín se alzaría con más acciones que Garnica en la
nueva entidad que resultara de la fusión acordada. Si en efecto la fusión no se firmó, la frustración consiguiente de Botín debió dejarle marcado de por vida, y soñaría cada noche en la
venganza. Y así, en los años 90 fue comprando acciones de Banesto hasta que
prácticamente lo tuvo ya absorbido. Ahora ya, devorado al 100% y habiéndose apoderado el Santander de toda la entidad, puede borrar el nombre de Banesto en la historia (y en los
rótulos de sus oficinas), en una digestión que durará hasta mayo del 2013. A estas fechas las
heces de esta deglución alcanzará unas 700 oficinas defecadas y el personal
consiguiente despedido. Las grandes venganzas se toman su tiempo y se sirven
frías. Y cuando Botín contemple los rótulos de su banco SANTANDER sustituyendo
los de BANESTO (como antes hizo con el Banco Central y el Hispanoamericano, no
eran los más grandes estos tres?) en las calles y en los formularios, podrá sonreír
y decirse: misión cumplida, ya puedo morir tranquilo.
3. El gobierno genera anticuerpos
Todo el cuerpo social se apresta
a utilizar sus reservas y defensas naturales contra ese elemento exterior
patógeno en que se ha convertido este gobierno. Hasta las instituciones
públicas se revuelven contra el cuerpo del aparato del estado por instinto de
supervivencia ya que saben que, fuera de la sociedad civil en la que están
inmersos, no podrían subsistir ni tendría sentido hacerlo. Los Presidentes de la Judicatura y de la Fiscalía dan la espalda
al Ministro de Justicia, el excmo. sr. Gallardón, y eso que éste es fiscal de
profesión. Observad cómo el Ministro arruga el cuello torciendo la cabeza en un
intento, fallido, de que le presten atención. Es posible que ambos presidentes hablen
de sus niños, o de su equipo de fútbol, o que comenten la aberración de las
tasas judiciales que se niegan a aplicar en abierta desobediencia civil al Ministro
que no les quita ojo porque no quiere perder ripio de lo que hablan a su
espalda. A que les quita otra paga extra?
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