viernes, 7 de diciembre de 2012

527. reflexiones y otros disparates del día (7/12/12)

1. Somos realmente una democracia?
En vista de que se me achaca cierto tremendismo cuando califico a nuestro régimen político como una dictadura (encubierta, plutocrática) me permito hacer en voz alta algunos comentarios.  Partiendo de la base de que la democracia no es una raya sino un grado, de que un régimen político es más o menos demócrata según sea menor la desigualad social y mayor la participación política, en qué dirección vamos en estos dos temas? Las democracias actuales se instrumentan, o institucionalizan, sobre una división de poderes, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Con los Medios de comunicación independientes. Pues bien, el Ejecutivo actual legisla por decreto y evita cualquier comisión parlamentaria que pueda investigar nada, se entromete en el Poder Judicial e indulta a personas condenadas en firme, apoyando la impunidad de policías y evasores. Y por si faltara algo, secuestra los medios de comunicación públicos para censurar la información y hacer propaganda de su política. Añadid el desmantelamiento del Estado del bienestar y el adoctrinamiento que lideran los ministros de Educación y de Justicia y decidme qué nos queda de la incompleta democracia que nos donó la Constitución. Si un blog puede expresarse en contra de estos políticos y quedan medios independientes, sólo se soportan como válvulas de escape y máscaras de democracia frente a Europa.
2. Ha nacido SAREB
El 1 de diciembre ha nacido SAREB, el banco malo. Pero no iniciará su actividad realmente hasta dentro de seis meses, por lo menos. Pesa 18.000 millones € y sus altos directivos no podrán cobrar más de 500.000 €, los pobres. Los doctores que han asistido a su parto detectan, para empezar, tres anomalías: para no contabilizar la inversión del Estado en su capital social como parte de la Deuda Soberana, la participación no sube del 49%, como si de este modo los inversores se creyeran que el Estado no respondería de esta deuda, caso de quiebra; segundo, que el pronóstico de la rentabilidad de la inversión pública en un 15% no está justificada ni depende de decisiones públicas ya que la empresa será mayoritariamente privada; tercero, conocemos sus activos fijos, pero ¿y los créditos dudosos asociados a esos activos?, pues al no ser SAREB un banco no podría refinanciarlos.
3. El triángulo de Oro
Es el título del trabajo publicado en El Heraldo de Aragón por el sociólogo Juan Manuel Iranzo, de cuyo texto extractamos lo siguiente: El triangulo de oro lo formaba el comercio de esclavos que los europeos compraban en Africa con manufacturas, armas y pólvora, para venderlos en América y comprar allí el algodón, azúcar y café que importaban luego en sus metrópolis. Hoy día ha pasado a denominarse así la dificultad de conciliar el crecimiento económico, la inflación y el pleno empleo en la macroeconomía. Keynesianos y neoliberales andan a la greña, y ahora más que nunca, al proclamar los liberales que si los sueldos aumentan más que la productividad, se reducen los beneficios de la empresa, aumentan los precios del los productos lo cual provoca una inflación que disminuye la competitividad exterior y reduce la inversión, cortando el crecimiento. Su propuesta es un banco central que controle férreamente la inflación. Y menos servicios públicos y  menos impuestos a los que más tienen para que reinviertan sus beneficios, aunque los hechos, tozudos, se han encargado de demostrar que tales beneficios nunca redundan en beneficio de las empresas a no ser que redunden a su vez en el beneficio de sus propietarios. Y que un despido fácil sólo induce a más despidos. Y que la brecha de la desigualdad se hace más ancha y profunda. Por último, para que no suban los precios hay que frenar el crecimiento con altos tipos de interés que alientan más la especulación que la inversión productiva.
            En realidad se trata de quién debe manejar el dinero, si la clase extractiva o la clase media. Si lo manejan los ricos lo “invertirán” en gastos suntuarios que no crean empleo mientras que el gasto de las clases medias y populares se realiza en el consumo de bienes y servicios, lo que genera más crecimiento.

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