viernes, 19 de agosto de 2011

XLVII. reflexiones y otros disparates del día (19/08/11)

        1. Mil diputados (provinciales) menos, mil millones más (!?)
        Y eso cómo se come? a millón por diputado..., me lo expliquen.
         2. Hugo Chávez pone los dineros a (buen) recaudo.
        Chávez trasvasa los 30.000 mills.$ de reservas internacionales de Venezuela a cuentas bancarias en países amigos, como China, Rusia y Brasil. Para que no le hagan como a otros: Egipto, Libia, Túnez... Ya controla el Banco Central como propio y ahora nacionaliza el oro, no vayan a quedar flecos sueltos. Acaso no sabe que esos embargos de cuentas bancarias se hacen con motivo de genocidios y otros delitos internacionales y para rescatar fondos nacionales de sus cuentas particulares? O es que lo hace precisamente porque lo sabe?
          3. La muerte como origen de la vida (I, mañana el II)
         Os acordáis de la "celosía" pilosa cuyo nombre no recordaba? (vide XXXIII, 2/8/11) Ha muerto. Y me ha dado pena,  a pesar de lo que ahora voy a escribir.  Han podido con ella  los fuertes calores  de estos días de agosto, a pesar de que mira que la he regado, mimado, rociado...,  pues nada,  ahí la tenéis cómo ha
(nacer, reproducirse y morir)
quedado en la foto. Igual acabarán en pocas semanas los campos yermos, los árboles sin hojas, la naturaleza muerta, pero no es el final. Ley de vida, pero la vida continúa. Muere el individuo pero sobrevive la especie. Nacer, reproducirse y morirse, y c'est tout? No. El proverbio novare aut perire, renovarse o morir, se queda corto; más correcto sería morire ut novare, hay que morir para poder sobrevivir, morir como individuo para renovarse como colectivo. El miedo a la muerte como fin de la vida es un temor reciente, y tengo que para mí que es propio de la cultura patriarcal. Porque para nuestros ancestros, en tiempos de cultura maternal,  la muerte era el origen de la vida, como nos enseña la naturaleza en la que la semilla, enterrada y putrefacta, da origen a nuevas plantas que renuevan la especie a partir de la semilla de la planta que murió. No otro es el origen de la inhumación de los cadáveres, el cadáver-semilla (hay mitos hititas en que un grano ingerido se reproduce como humano, el propio Osiris es grano de trigo), boca abajo para asegurarse de su soterramiento, o en postura fetal para insinuar la regeneración, preparado en la parrilla de salida para saltar a nuevas vidas, aunque no como individuo sino como especie. Por eso no verían la muerte como algo temible sino como una fase del proceso cíclico que permite, que hace posible, que la vida del grupo sobreviva.
         Como ilustración añadimos un par de mitos griegos sobre el tema:  1) Hera prometió conceder un deseo a la pareja formada por Cleobis y Biton como premio de su devoción a la diosa y por haber tirado como bueyes del carro con su imagen en una procesión. Pidieron de inmediato que les concediera lo que mejor pudiera acontecerle a los mortales, a lo cual ella accedió: al instante murieron los dos. 2) A Cenón se le concedió la opción de cambiar de sexo, de mujer a varón, y de nunca morir, de tal modo qiue los centauros que lo derrotaron tuvieron que clavarlo en la tierra a garrotazos hasta que lo incrustaron debajo del suelo (rito de fertilización?) (.../... mañana continuará)

No hay comentarios:

Publicar un comentario