lunes, 25 de julio de 2011

...XXV. reflexiones y otros disparates (25/07/11)

     1. Los 5 artículos que Javier Cercas no escribió sobre el 15/M
     J.Cercas presume de haber dejado de escribir 5 artículos sobre el 15/M, a saber, el primero sobre su “participación activa”, el segundo sobre el hippy de los 60 que llama perroflautas a los indignados de hoy, el tercero sobre la irrelevancia que muestran los indignados (y les honra) sobre los nacionalismos, el cuarto sobre su decepción con Europa, y el quinto sobre la estupidez de condenar a todos los políticos… Pues mire usted, sí, yo los condeno. A todos. Y lo hago cumpliendo mi compromiso de ayer en los apartados siguientes.
shisha/cachimba, pipa, narguile
de agua, de la paz, del opio
      2. Son corruptos todos los políticos?
      Respondo: Sí. Ya sé que esto es una boutade, una baladronada, un disparate, que eso no puede ser… Pero sí. Yo digo que sí. Porque se podrán salvar las individualidades, como en todo. Pero es el colectivo, el sistema de participación política, lo que está podrido de raíz, y ahí no se salva nadie. Incluso los votantes, al hacerlo, se corrompen al reforzar un sistema reprobable. El sistema político de las democracias actuales es más que un cáncer, ha corrompido toda la sociedad, es otra metástasis. El mero hecho de no sufrir un rechazo por ese colectivo nos permite más que sospechar que los elementos que lo componen no pueden ser miembros sanos. Es más, solamente por pertenecer a ese grupo, se ejerce, quiérase o no, una influencia de la que se saca provecho, incluso inconscientemente. El trato de favor que se le va a dedicar es inevitable. De ahí los nepotismos. Y así podríamos continuar indefinidamente. Y qué son esos hechos sino privilegios, desigualdad ante la ley, delitos aunque como tales no se reconozcan? Más aún, imaginemos el caso de una excepción (que no aceptamos, pero bueno) de persona íntegra elegido diputado. Ese caso singular reforzaría el sistema, que por naturaleza es corrupto, por lo que sería más peligroso que los corruptos mismos. Es el mismo caso de las instituciones religiosas que, execrables como tales, permite miembros dignos pero que, al serlo, refuerzan el sistema negativo. Papas dignos y buenos como Juan XXIII son los más peligrosos porque hacen olvidar que pertenecen a una institución rechazable. Cómo salvar, o salir, de ese círculo vicioso? Teniendo sometidos a los políticos al control directo por los que los votaron. Regulando los electores el ejercicio y la remuneración, así como estatus y privilegios (los mínimos) de los elegidos. Ejerciendo sus funciones en precario porque pudieran ser separados de sus cargos por los mismos que los votaron, en cualquier momento de su mandato, aunque no estén imputados (no tendría sentido mantenerse en sus cargos sin gozar de la confianza de sus votantes, y no sería tan peligroso pues para relegarles haría falta una censura por mayoría, y si ésta existiera, cómo podrían seguir ejerciendo su mandato?)
      3. Reforma de la Ley Electoral
     Dejemos la ley d’Hont como tema menor para que lo solventen de un plumazo los contables y centrémonos en el núcleo del cambio que se necesita: la participación y controles directos y continuos de los electores sobre los elegidos, que no son sino mandatarios de sus representados. “Políticos, somos vuestros jefes, fijamos vuestros suelos y os vamos a hacer un ERE”. Dividamos el número de habitantes por el número de escaños en el Parlamento y ciñamos las elecciones a circunscripciones territoriales. Por muy amplias que éstas sean, se basarán en las asociaciones vecinales de naturaleza asamblearia. (Se me ocurre el ejemplo del Patio Maravillas de Chueca en Madrid)
     Izquierda/derecha? Progresistas/conservadores? Los dos son necesarios, siempre los habrá. Los primeros para impulsar los cambios, los segundos para moderar los procesos, obligar a un tempo, frenar los impulsos, con garantía de eficacia en el medio y largo plazo. La política será más o menos progresista o conservadora según que sean más o menos los elegidos de una u otra tendencia, pero su elección, aunque influya su ideología, habrá sido de naturaleza personal. Si al fin y al cabo los gobiernos son técnicos que, cualquiera que sea su ideología, diferirán poco en los remedios que deban aplicar.
      Que gente muy capaz no querrá ser elegido en estas condiciones? Bien-idos sean, que no nos hacen falta en el nuevo sistema. Entre los políticos debe primar su preocupación por los demás.

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